Santo Domingo, República Dminicana
En 1502 se funda de nuevo Santo Domingo, capital de la isla La Española y es desde esta población que posteriormente se colonizaron Puerto Rico (1508), Jamaica (1509) y Cuba (1511). Al igual que otros asentamientos coloniales, estas se establecen bajo instrucciones correspondientes a la ubicación y el planeamiento según un escrito, el cual determinaba la necesidad de fundar varias ciudades en esta isla. Debido al desconocimiento por parte de la Corona del territorio para impartir instrucciones específicas desde España, se recomendaba examinar los lugares y situaciones, considerar las cualidades de la tierra y de sus residentes para escoger el lugar que el fundador considerase idóneo.
Las instrucciones anteriores, muy generales para demandar un resultado mas interesante, fueron las recibidas por Nicolás de Ovando y las que precedieron a las más específicas y posteriores “Leyes de Indias”. Bajo estas normas generales se estableció Santo Domingo con forma reticular, conformada por manzanas cuadradas bordeadas por calles. En el centro de este conjunto se ubicó la plaza principal alrededor de la cual se situaron los edificios públicos de importancia. El uso rectilíneo poco evocaba la escala humana y estética de la forma urbana islámica de desarrollo orgánico, resultante del crecimiento en el tiempo, a veces siglos, que tomaron algunas ciudades europeas. En contraste, los nuevos establecimeientos respondían a la exigencia a sus autoridades, a comenzar su trazado lo antes posible.
San Juan de Puerto Rico
Además de la rapidez con la que cumplía la retícula, se añade la posibilidad de una equitativa distribución del suelo urbano y de un fácil manejo topográfico con equipos muy rudimentarios que solo requiere la medida y el trazado de longitudes con ángulos rectos. Sin embargo Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés definió en 1526 a Santo Domingo como la mejor ciudad que hubiese visto y superior a cualquier ciudad que hubiese visitado. Mejor que Barcelona, expresó, debido a la calidad en la nivelación de sus calles, a que estas las encontraba más anchas y más rectas. Apreciaba la planificación de esta ciudad desde su inicio y el uso de la regla y el compás en la cuidadosa medida de sus calles.
Tanto el efecto visual de este trazado viario en retícula, en las ciudades conquistadas, como el resultado monótono de lo rectilíneo en esta práctica urbanística empleada, pareciesen no haber sido una preocupación para sus fundadores. Mas bien se ha convertido en un plan práctico y ejercido que hasta el siglo XX, se ha utilizado, para los trazados de las ciudades de América Latina tanto insulares como en las continentales.
La Habana, Cuba
Sin embargo estas islas tuvieron independientemente a sus formas reticulares y como emplazamientos estratégicos, las fortificaciones que a fines del siglo XVI llevo a cabo Antonelli, considerado el más destacado ingeniero militar de la época. En el caso de Puerto Rico y Cuba, se haría más importante una u otra y en este sentido su protección, según la estrategia determinada por las reorganizaciones de las rutas marítimas con España. En este caso San Juan muestra refuerzo con sólidas fortificaciones al estilo Vauban con San Felipe del Morro y San Cristóbal.
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